Cuando estás en una sala de redacción con un frío que te congela hasta el último pelito (los pelos no tienen nervios, no sienten frío, pero ustedes entienden) y no tienes un co&?¡ qué hacer, entonces es cuando piensas en actualizar tu blog... Ése que casi nadie lee (por falta de publicidad será?), pero que espera que le dediques unas palabritas pues... o ¿acaso no fue por eso que te lo regalaron? Porque supuestamente tenías muchas cosas que decir ¿no?
Y sí, tengo una sarta de gamelotes para decir, y como hoy me dio lo feminista chimba, lo agarro por ahí (aunque en realidad me rompo la cabeza pensando en un regalo de aniversario)
Recientemente leí una frase, no digamos célebre, del Zar de la belleza, Mr, Mrs o Miss (como él prefiera) Osmel Sousa
"Las mujeres, las grandes mujeres, saben que los hombres se hacen pequeños"
Encontré aquí una breve explicación a varios de mis dilemas existenciales pero entré en otros peores. Y como casi no me gusta contradecirme y cuestionarme cosas me comencé a preguntar:
¿Por qué sentir que el hombre que está contigo se hace pequeño?, ¿acaso no es él también un gran hombre?. ¿Una gran mujer no merece tener un compañero que sea un gran hombre, o está destinada a no tenerlo?.
No sé... Y de tanto pensar, concluí:
Una gran mujer quiere un hombre que no sea grande de raticos, sino que sea gigantesco siempre, sin que le quede grande.
Una gran mujer quiere un hombre con aspiraciones porque de seguro ella tiene muchas, y necesita estar con alguien que esté dispuesto a cumplirlas en conjunto.
Una gran mujer quiere un gran soñador, alguien que lleve su cabeza hasta las nubes sin despegar los pies del piso.
Una gran mujer quiere un gran amigo que sepa escucharla y esté allí, aunque sea en silencio, el tiempo necesario.
Una gran mujer quiere a un gran besador, que no sólo busque sus labios sino que haya aprendido a besar con frenesí cada parte de su cuerpo.
Una gran mujer quiere un gran amante, que no de sexo convencional sino que haga explotar todos sus sentidos en cada encuentro.
Una gran mujer quiere un gran conversador, y es que a muchos hombres les cuesta tanto, pero son sólo los grandes hombres los que tienen cosas que decir en el momento oportuno.
Una gran mujer es inteligente y quiere un hombre que lo sea también, que le enseñe cosas nuevas y le explique qué no entiende, sin hacerla sentir ingenua, porque ella seguramente tendrá que hacer lo mismo cuando él no conozca algo.
Una gran mujer quiere a un hombre que ame a su familia, sin pecar de infantil y mingón, porque si él adora a la suya sin duda amará a la que forme con ella.
Una gran mujer espera a alguien que no se quede callado cuando se le pregunta sobre temas no superficiales, sino que tenga una respuesta certera y no abultada de sarcasmo.
Una gran mujer está destinada a estar con un gran hombre, que no se haga chiquito, que no le quede pequeño.
Y si hay que definir a un gran hombre, él debería tener...
Un montón de temas para conversar; un extraordinario sentido del humor que te haga reír; una inalcanzable capacidad para hacerte sentir especial; debe amarte todos los días, hasta aquellos en los que no te veas muy bien; debe admirar cada parte de ti y hacerte sentir que puedes admirar cada parte de él; debe tener los brazos mas fuertes del mundo, aunque sean flaquitos, para apretarte en su regazo cuando necesitas apoyo; no debe darte la espalda jamás; debe confiar en ti y mostrarte que puedes confiar en él; debe tener algún defecto que no te guste, pero que jamás haya impedido la forma en la que lo ves; debe amar cada centímetro de ti, aunque no tengas una piel perfecta o un cuerpo perfecto él sentirá que es así; debe reconocerte como alguien inteligente y capaz, porque sólo así querrá formar una vida contigo (ningún hombre pasa una vida con una mujer que considere bruta o vacía); un gran hombre no es ése de actitud intachable, es uno que comete errores y no tarda en rectificar; un gran hombre será paciente y tolerante con tus manías, porque tú también lo has aprendido a tolerar; un gran hombre está contigo en las buenas y en las malas, sin que le importe nada más...
A una gran mujer no le queda pequeño un hombre, si él sabe ser y en efecto es,
un gran hombre...
...
Y si les parece que peco de modesta, pues sí, yo soy una gran mujer (me dije)
...
Aunque muchas veces actúe como una pulgarcita (me respondí)
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