Punto

Me hablé largo y tendido. Me reconcilié conmigo, me pedí perdón. Me di permiso para estar sola y no conversar con nadie más. Y pido disculpas por las llamadas no contestadas, los mensajes ignorados y los correos sin respuestas, pero me debía este encuentro. Nadie puede condenarme por querer estar sola y darme un poco de debate conmigo, con mis equivocaciones y aciertos. Me regalé el silencio para hablarme de la vida, me hablé del miedo y de las ganas, me vi al espejo y lloré, me sequé las lágrimas y reí. Me descubrí entre mis ojos llorosos y mi amplia sonrisa, frente al reflejo hablé, hablé de mí, me hablé de ti, me hablé de ellos, me hablé de ustedes.

Me hablé de quién soy, de qué quiero, de hacia dónde voy. Y descubrí que no tengo respuestas a ninguna de esas interrogantes, que no me conozco tanto como creía, que en días como hoy me controlo muy poco y que uno de mis mayores defectos es querer controlarlo todo.
Me hablé de una carrera que no pega para nada con este país pero que amo con locura infinita (aunque ahora tengo un miedo terrible). Por ella me gustan las múltiples formas en las que ahora veo la vida, y es que gracias a esta carrera de letras y no de ciencias, la calle no es simplemente calle, la gente no es sólo gente, y la vida a diario se me convierte en un nuevo cuento. Me hablé de esta lucha que muy en el fondo me niego a vivir, pero que sin muchas alternativas posibles, hay que asumir.

Me hablé de esta familia, la mía. Me di cuenta de que en silencio les estoy infinitamente agradecida por hacer de mí lo que soy hoy. También les pedí perdón, por la ausencia, por la dureza y por las faltas de afecto, que no son proporcionales al amor que por ustedes siento. Perdón porque paso demasiado tiempo limpiándome las heridas sin ver que una manera de curarlas es compartir la dicha que encierra tenerlos a cada uno de ustedes (Gracias!!!)

Me hablé de las risas que he perdido, de las lágrimas que me he negado a derramar (y que me han dejado tan indolente). Me hablé de la amistad, de la sincera, de ese grupito de gente que al precio que sea me ayudan a reír. Me hablé de todas las personas que me tienen fe, de los que hablan de potenciales que no sé si tengo, pero que ellos ven (y ojalá no se equivoquen).

Me hablé de los planes inconclusos, de todas esas cosas que digo que haré y no he hecho, de mi estúpida espera sin hacer que las cosas pasen, de la vida que sueño pero no de la que quiero. Me hablé de mis inseguridades y miedos, de lo que debo vencer, de lo que debo dejar, de lo que hay que recuperar, de lo que simplemente hay que dejar pasar.

Me hablé de mis vicios, de ese que me pudre los pulmones, de este que me amargó el corazón, de esas cosas que no "debería" tener conmigo, pero que aún están (que duelen pero me han hecho grande, no lo puedo negar). Me hablé de lo que no quiero que vuelva a pasarme, de lo que nunca quiero que me pase y de los planes que no tengo para evitarlo.

Necesito cambiar muchas cosas, no del mundo, sino de mí. No sé cómo hacerlo pero un rayito de luz es siempre visible cuando hay total oscuridad y hoy me obligué a abrir los ojos para verlo. Me asusté, más de lo que ya estaba (como siempre, más de la cuenta). Hoy cuelgo públicamente mis errores, porque admitirlos siempre es un primer paso. Asumí que lo que más me pesa son mis inconcreciones porque necesito terminar muchas cosas y darme permiso para empezar otras tantas.

Me di cuenta de que quizá no estoy respirando lo suficiente, no estoy viendo a mi alrededor, no escucho los sonidos que antes oía, no toco las cosas que antes podía tocar, no pruebo algo distinto. Por miedo, por terrible miedo. Hace poquito leí por allí que el miedo es el temor a lo desconocido, la incertidumbre de no saber qué es lo que viene y ese es mi mayor problema. Siempre creo que si no conozco lo suficiente, no sabré manejarlo (otra vez mis ganas de tener el control).

Y hoy me digo:
Anyi, no hay que saberlo todo. Las mejores experiencias se viven cuando no conoces que pasará. Hay que dejarse llevar. Permítete conocer gente distinta, viajar más, reír durísimo, hacer el ridículo de vez en cuando, escuchar más canciones, escribir nuevas letras, probar nuevos labios, seducirte con nuevos temas, leer más libros, estudiar otras cosas, hablar menos y sentir más, cambiar de ropa, cambiar de look, renovar amistades, reinventar los sueños, hacer nuevos planes, juzgar menos, controlar muy poco y vivir más.

Anyi, es hora de dejarlo atrás, de que los temores inútiles se disipen, de entender que lo desconocido no es siempre malo, más cuando comprendes que lo que ya conoces no es necesariamente bueno. La vida se pasa rapidito y a veces no hay tiempo para darse cuenta de lo que dejaste de sentir por miedo.

Anyi, aprende que todo lo que pasa te permite vivir mejores experiencias. Entiende que el dolor da fortaleza, que no importa cuántas veces te caigas siempre (siempre) hay que levantarse. Asume que nadie piensa igual que tú, que lo que a ti te parece correcto quizá es una locura para los otros y que eso es lo que nos hace humanos; entiende que nada te da derecho a lastimar a la gente y que nadie tiene permiso para lastimarte; que es mejor pedir perdón a tiempo y no pasar la vida arrepentido, que admitir los errores es siempre un acto humilde y que hay que saber bajar la cabeza. Asegúrate de no dañar a las personas que te quieren (al final es lo único que nos queda).

Deja de reprocharte cosas, deja de protegerte tanto, la vida te ha enseñado que se cosecha lo que se siembra y si siembras indolencia eso es lo que ganarás (y te juro que no es lo que quieres). Es hora de apostarle a metas más altas, de soñar más, de entender que esto que llamamos vida en un segundo se termina, y no hay chances para segundas oportunidades.


La peor experiencia es la que no se vive.
Entiéndelo y punto.

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¿Regresarán?

Lo que nunca podré perdonarte es que me hayas mostrado las estrellas, porque ahora que no estás simplemente no aparecen más.
No veo las estrellas, aun cuando me dicen que hay lluvia de ellas.
Hoy el cielo está oscurito, y es tu culpa
Porque no eres
Porque no estás
Asumiste el status de ausente,
y te robaste mis estrellas
¿Qué más te vas a llevar?
...
La luna ya la di por perdida,
pero mis estrellas, ¿regresarán?

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De los 7, yo llevo 6

La GULA es un PECADO
que se paga con KILOS

Por eso Señor, "yo confieso que he pecado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa..."
(Y lo que siga de esta oración)
Mi problema es que siempre me salto esa parte del "propongo firmemente no volver a pecar". Pero Diosito, te juro que, aun con mi mala memoria, "confío en tu infinita misericordia" (¡La necesito!)
(No sólo por la gula, sino por los otros 5 pecados que cargo encima)

Amén

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Invariablemente

La mejor parte de extrañarte es recordar que hubo muy buenos capítulos en esta historia (la mía, la nuestra)... Hay cosas de ti que son irreductiblemente mías, otras muy tuyas y otras tantas que adoptaste conmigo, pero que a fin de cuentas compartimos.

Y sé que fuiste (y aún hoy, eres) porque...

Me encanta el sonido de tu risa

Tienes una forma particular de mirarme

Das los mejores abrazos del mundo

Me haces llorar horrible

Conozco el punto exacto que mi lengua debe ocupar en tu oreja

Me haces doler la panza

Te cuelas en mi cama todas las noches

Tengo varios "favoritos" por tu culpa

Me hacías reír demasiado

Mi deseo comienza en el nudo de tu corbata

Intentaste combatir (sin éxito) mi impuntualidad

Me encantaba cuando me explicabas cosas de números (aunque no entendía nada)

Adrenalina era sentir tus dedos en mi entrepierna

Aún podría sorprenderte todas las cosas que conozco de ti

Los zarcillos se convirtieron en una cosa imprescindible

Sé exactamente qué olor tiene la parte de atrás de tu cuello (y me encanta)

Nunca la humanidad me había preguntado/asociado tanto a alguien

Sabes que la nariz se me pone roja y hago un pseudo puchero cuando quiero llorar

Las palabras sobraban con el acierto de nuestras miradas
Eras pieza fundamental en mi plan de vida (si, cuando hacíamos planes)

Te escribo más de lo que puedo

Te pienso más de lo que debo

Y es que, aunque me convertiste en ensayo y error,
tú eres mi mejor experimento (y yo el tuyo)
Invariablemente eres mi primer pensamiento del día (todos los días)
y el último de la noche (todas las noches)
y Te Extraño...
(a la parte de ti que es mi mejor historia)

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