Y es que es muy fácil aislarse del mundo cuando no se camina por el centro de Caracas, —sí Caracas, que no es sólo la fallida metrópolis del Tolón, Las Mercedes y el San Ignacio— Caracas que es gente, trabajo, sudor y suciedad; esa Caracas que huele a carros, a basura y pobreza.
Hace dos semanas que recorro diariamente parte de Centro de Caracas, desde el otrora famoso —y problemático— mercado de La Hoyada, pasando por el puente de las Fuerzas Armadas y sus libreros, y finalizando en la avenida Urdaneta, donde hay un montón de edificios ministeriales que lucen muy bonitos, pero albergan pura mierda.
En total son como cinco cuadras, pateadas rapidísimo —con ese miedito que guarda el que dice que no tiene miedo—, cinco cuadras que cada día me enseñan algo nuevo:
*Que los fruteros haitianos vinieron a este país buscando mejores oportunidades, y para ellos eso significa vender en una esquinita un saquito de fresas secas por 15 mil.
* Que los del negocio árabe nunca cierran después de las 5:30, es ley que a diez para las cinco se van bajando las santa marías, porque "se pone peligroso".
*Que las loterías aún se llenan con viejitos buscando suerte pa alegrarse la poca vida que les queda.
*Que si algo vale una cola es la fulana pensión, que si vemos no es nada, pero para el que nunca cobró más de 100 bolívares es demasiado. —"y Gracias Señor Presidente rezan".
*Que el diseño del piso por donde camino todos los días es raro pero interesante, lo que pasa es que tienes que imaginar el resto de la figura porque las baldosas existen intermitentemente.
*Que la indigencia tiene arropada a este sector de la ciudad, con hombres semi desnudos que destilan alcohol pero que piden una monedita "por el amor de Dios".
*Que a las 7:00 pm se hacen las camas, en la puerta de este Ministerio o en la de aquel se construyen refugios, con cartoncitos que no se mojaron porque "coño, que bueno que no llovió".
*Que hay más necesidades sin cubrir, que el Gobierno no ha dado ni esto ni aquello, pero la gente común sigue sin dar nada.
*Que se trabaja TOOOODOS los días buscando el pan para la casa.
*Que es interesantísimo conversar de cualquier cosa, en el metro a hora pico porque siempre hay alguien que está dispuesto a cambiar un par de palabras para animar el recorrido.
*Que a los venezolanos nos ganó la desidia y la indiferencia, que no tenemos conciencia por el otro mientras "yo siga bien". Los de arriba siguen de arriba, los de abajo siguen abajo, y los del medio, los del medio no contamos.
*Que sí, Caracas luce horrible, pero yo sé que detrás de tanto desorden y caos sobrevive un grupo de gente que respira por sus sueños, que tiene sus esperanzas puestas en ese "futuro mejor".
*Descubrí que cada día tiene algo distinto al anterior, que todos los días hay algo que aprender.
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"Al norte del Sur, con su cielo siempre azul donde las flores nacen sin que sea preciso primavera, aún los niños juegan y la mayor riqueza son ellos"
Aunque vivan en miseria, con ropa desgarrada y pidiendo "para comer algo", la mayor riqueza son ellos. Ellos que soñaran como nosotros, y querrán ser como ustedes.
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Cuando mi compañera de apartamento me lea, sabrá que estoy en un
Patriotic mode (me dije)
...Pero es que es simplemente necesario (me respondí)
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Entre desidia, rabia, olvido y sueños. Punto
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